Linkage between the North Atlantic atmospheric patterns and the long-term changes of winter precipitation in the Iberian Peninsula

  1. HALIFA MARIN, AMAR
Dirigida por:
  1. Pedro Jiménez Guerrero Director
  2. Juan Pedro Montávez Gómez Director

Universidad de defensa: Universidad de Murcia

Fecha de defensa: 01 de diciembre de 2023

Tribunal:
  1. Eduardo Zorita Presidente/a
  2. Salvador Gil Guirado Secretario
  3. Jesús Fidel González-Rouco Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Las proyecciones climáticas más avanzadas indican, con alta confianza, un incremento de la frecuencia, persistencia y severidad de los periodos secos en el sur de Europa para finales del Siglo XXI. Esa intensificación de las sequías se explica por el descenso de la precipitación, y especialmente por el incremento de la temperatura y ratio de evapotranspiración. En lo que refiere a los cambios de precipitación, en términos absolutos, la mayor reducción es proyectada en invierno. La expansión del cinturón de altas presiones subtropical es proyectada junto al desplazamiento de las tormentas hacia el norte de Europa, donde se proyectan condiciones más húmedas a finales del Siglo XXI. Este patrón de cambios esperados en Europa parece estar siendo observado durante las últimas décadas. Focalizando en la Península Ibérica, una mayor frecuencia e intensidad de los periodos de sequía desde 1980 corrobora la tendencia proyectada por simulaciones. No obstante, esa señal parece ser no tan robusta cuando se revisan periodos más largos de la Era Instrumental. Paralelamente, las proyecciones de precipitaciones continúan mostrando alta incertidumbre entre modelos y simulaciones de cada uno de ellos. Surge por tanto la necesidad de comprender óptimamente la variabilidad climática observada en el largo plazo, así como en qué factores radica la incertidumbre de las proyecciones climáticas. Bajo ese objetivo principal, esta tesis doctoral intenta aumentar el conocimiento sobre la variabilidad observada de la precipitación en Europa, fundamentalmente en la Península Ibérica, desde el origen de los registros disponibles. Conectando su comportamiento con la dinámica de los modos de variabilidad climática principales en la región, e.g., la Oscilación del Atlántico Norte (NAO). Para, entonces, evaluar si las proyecciones climáticas son capaces de interpretar toda la variabilidad climática que deriva en ciclos decadales y centenales de la precipitación. Los resultados confirman un comportamiento ciertamente singular en numerosos indicadores climáticos desde 1980. En la Península Ibérica, amplias regiones registran un descenso drástico de las precipitaciones, que se propaga, incluso con más intensidad, en las series hidrológicas. Esta tendencia es conectada principalmente con la intensificación de NAO hacia fases positivas, que se resume en una mayor frecuencia de altas presiones sobre las Azores. Al menos en la Era Industrial, nuestros resultados evidencian su comportamiento anómalo desde 1980 en base a varios indicadores como su rol más predominante, explicando más varianza que en décadas anteriores; siendo más intenso, algo sin precedentes; y mostrando un patrón espacial con ciertas particularidades. Aunque otros factores parecen jugar un papel importante, nuestros hallazgos muestran con alta confianza que el descenso de la precipitación invernal es el desencadenante principal de la intensificación de las sequías desde 1980 en la mayor parte del territorio de la Península Ibérica, y probablemente, en otras regiones del Mediterráneo Occidental. Dado que las proyecciones climáticas prevén la persistencia de la intensificación de NAO+ (e.g., expansión de la Célula de Hadley, intensificación del cinturón subtropical), estas condiciones más secas podrían extenderse durante las próximas décadas, e incluso agravarse, constituyendo una amenaza ambiental clave para la disponibilidad de recursos hídricos. No obstante, la magnitud de los cambios esperados difiere considerablemente entre modelos capaces de reproducir long-term variaciones en la circulación de larga escala, y aquellos modelos, demasiado rígidos, que no pueden. Esto abre un horizonte muy ilusionante en el que mejorar la habilidad de las simulaciones capturando completamente la variabilidad natural observada del sistema climático es una prioridad. Jamás podremos conocer con exactitud que depara al clima a escala regional, y sus impactos a los seres vivos en esos territorios, si los modelos climáticos continúan expresando cualquier sesgo intrínseco al capturar indicadores tan fundamentales como las condiciones sinópticas en el Atlántico Norte.