Hemodynamic, ventilatory and BIS changes in pediatric dentistry

  1. Pérez García, Silvia
Dirigida por:
  1. Jordi Gargallo Albiol Director/a
  2. Juan Antonio Ruiz Roca Director

Universidad de defensa: Universidad de Murcia

Fecha de defensa: 15 de diciembre de 2023

Tribunal:
  1. Marta Satorres Nieto Presidente/a
  2. Yolanda Martínez Beneyto Secretaria
  3. Oscar Salomó-Coll Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Esta Tesis Doctoral es un compendio de tres publicaciones que buscan ampliar nuestro conocimiento y comprensión de los cambios hemodinámicos, ventilatorios y del BIS que se producen durante el tratamiento odontológico en pacientes pediátricos. El estrés del paciente debido a los procedimientos dentales está a menudo relacionado con una sensación de miedo, ansiedad e incertidumbre y este suele desencadenar cambios cardiovasculares. El uso de estrategias de manejo de conducta no farmacológico es incapaz de resolver conductas no cooperantes, especialmente en niños menores de tres años o con necesidades especiales. En estos casos, los pacientes requieren un apoyo adicional más allá de la anestesia local, como la sedación o la Anestesia General (AG), para poder recibir el tratamiento odontológico. La monitorización de la sedación y la Anestesia General la podemos dividir en en monitorización de la función cardiorrespiratoria y monitorización de la profundización de la sedación/AG aunque en la práctica actual estos dos aspectos no están separados. La función cardiorrespiratoria se monitoriza clínicamente mediante la pulsioximetría para controlar la saturación de oxígeno y el pulso, y con el uso de un manguito para la tensión arterial. La profundidad de la sedación o la AG suele monitorizarse mediante la observación clínica del paciente y dado que se trata de métodos subjetivos, las diferencias en la interpretación clínica pueden producir variabilidad entre operadores e intraoperadores y una falta de fiabilidad y coherencia. Esto podría dar lugar a una valoración inexacta de la profundidad de la sedación y sus consecuencias. En primer lugar se realizó una revisión sistemática publicada en la revista Medicina Oral Patología Oral y Cirugía Bucal. El objetivo fue evaluar el uso de la monitorización con índice biespectral (BIS) durante la sedación endovenosa en pacientes sometidos a tratamiento odontológico, comparando el BIS con las escalas de sedación. La monitorización del BIS implica un cálculo matemático de los datos del EEG y está directamente relacionada con la actividad cortical en la que la forma de las ondas del EEG cambian con el nivel de alerta del paciente. El BIS es una escala de 100 a 0, donde los valores superiores a 90 indican que el paciente está despierto y 0 representa la supresión cortical completa. Con el uso del BIS es posible evaluar los niveles de sedación objetivamente. Además reduce la necesidad de sedantes intravenosos, disminuyendo la probabilidad de aparición de efectos secundarios y reduciendo el coste económico de los procedimientos. Sin embargo se necesitan más investigaciones en odontología para confirmar estas ventajas y superar las limitaciones identificadas en los trabajos analizados en esta revisión. Con la sedación consciente moderada suele ser suficiente para realizar la mayoría de los tratamientos dentales en adultos, pero en niños menores de 7 años y en pacientes con necesidades especiales pueden ser necesarios niveles de sedación profundos o incluso la AG. El segundo artículo, publicado en el Journal of Clinical and Experimental Dentistry, se centra en un grupo de pacientes pediátricos con necesidades especiales. La literatura ofrece datos muy limitados sobe la validez del BIS en el caso de niños con enfermedades sistémicas o con trastornos neuronales. El objetivo de este estudio fue determinar los cambios hemodinámicos, ventilatorios y los valores del BIS producidos tras la administración de propofol y sevoflurano en niños con necesidades especiales respecto a niños sanos, durante el tratamiento odontológico. Los fármacos provocaron una disminución significativa de la frecuencia cardíaca y de los valores del BIS en niños con necesidades especiales frente a niños sanos. La tensión arterial, la SaO2 y el CO2 exhalado mostraron resultados similares en ambos grupos. En conclusión, la administración de propofol y sevoflurano permite realizar tratamientos odontológicos de forma segura en niños con necesidades especiales que de otro modo no podrían ser tratados. Para el tercer artículo, publicado en la revista Special Care in Dentistry, se compararon las variables hemodinámicas de pacientes sanos tratados bajo AG con las de pacientes sanos tratados solo administrando anestesia local. La sedación endovenosa se asocia con una bajada de la presión arterial del paciente. Sin embargo, hay menos datos disponibles sobre el efecto del sevoflurano y el propofol sobre las variables hemodinámicas en pacientes pediátricos sometidos a tratamiento odontológico bajo AG. La anestesia general parece proporcionar parámetros cardiovasculares más favorables durante el tratamiento dental respecto a la anestesia local sola, mostrando valores de tensión arterial sistólica y diastólica y frecuencia cardíaca significativamente más bajos. Además la AG permite realizar tratamientos dentales en niños sanos y que no colaboran que no podrían ser tatados solo con la anestesia local.