Heredades del tiempo
ISSN: 1137-2354
Año de publicación: 2014
Año: 18
Número: 47
Páginas: 206-210
Tipo: Reseña
Otras publicaciones en: Guaraguao: revista de cultura latinoamericana
Resumen
No a todos los poetas les está concedido el don de perseverar en el tiempo, con una actitud honesta, firme y progresivamente madura, para mantener el comercio verbal de palabras, ideas, imágenes, ritmos y medidas que permiten recrear esos «signos en rotación» que hacen del verso algo más que una sucesión arbitraria de vocablos o rimas. (Cillóniz, 2012: 5) El tiempo y Cillóniz: pareja de hecho, convivencia infatigable, donde el poeta se refiere a sus tránsitos y mutaciones con atención, sorpresa, pasmo y deseo de constatar sus efectos, de darles forma en su creación, de indagar en su misterio, en su rareza, en su fatalidad insondable. Degradación y epifanía; desmoronamiento y remonte; del zenit al nadir y del nadir nuevamente hacia el zenit, así construye Antonio Cillóniz una obra densa, nutrida, exigente, dolorida y espléndida a la par, jugosa y reseca al mismo tiempo, comprometida con algo más que un suceso, un acontecimiento o un carnet: con el tiempo y sus herederos, sus calamitosos herederos. Pero en ese mundo recreado, en que Antonio Cillóniz cifra la segunda parte de este magnífico - realmente antológico- poema (titulado «Hacia los brotes nuevos»), las Geórgicas y las Bucólicas de la antigüedad no tendrán un continuador en su existencia, porque la mano, la vista y el temblor del ser humano habrán sido para siempre erradicados de su poderosa faz.