Las políticas de trasvases de agua y desalación en España, sus repercusiones en la ordenación del territorio del sureste

Resumen

El territorio del Sureste de la Península Ibérica registra un clima mediterráneo con rasgos de aridez. El balance recursos – demandas de agua presenta un déficit de carácter estructural, que se ha intentado reducir a través de recursos foráneos (trasvases) y nuevos recursos propios de agua (desalación). El trazado de los acueductos para distribuir los distintos flujos de agua, así como los puntos donde ubicar instalaciones para la desalación son elementos esenciales en el modelo territorial del Sureste, alrededor de los cuales se desarrolla la actividad socioeconómica. El patrimonio hidráulico se ha enriquecido con las elevaciones de agua (impulsiones y bombeos), los acueductos (canales, sifones, tuberías), las áreas de acumulación de agua (balsas, embalses, depósitos), las plantas potabilizadoras, las centrales hidroeléctricas, etc. En los últimos años, tanto las políticas de oferta de recursos (trasvases, desalación), como las de gestión de la demanda (modernización de regadíos, mejora de la gestión de empresas de abastecimiento, etc.) han estado encaminadas a conseguir la seguridad hídrica de regantes y ciudadanos.