Un modelo para analizar la representación simbólica del escándalo de corrupción política desde la teoría de los marcos periodísticos (framing)aplicación al ‘caso Umbra’

  1. Rocío Zamora Medina
  2. Juan Antonio Marín Albaladejo
Libro:
La Comunicación Social, en estado crítico. Entre el mercado y la comunicación para la libertad: actas del II Congreso Internacional Latina de Comunicación Social
  1. José Manuel Pestano Rodríguez (coord.)
  2. Samuel Toledano Buendía (coord.)
  3. Alberto Isaac Ardèvol Abreu (coord.)
  4. Ciro Enrique Hernández Rodríguez (coord.)

Editorial: Sociedad Latina de Comunicación Social

ISBN: 978-84-938428-0-2

Año de publicación: 2010

Páginas: 25

Congreso: Congreso Internacional Latina de Comunicación Social (2. 2010. La Laguna)

Tipo: Aportación congreso

Resumen

En las últimas décadas, los escándalos han ocupado un lugar privilegiado en la centralidad del escenario político-mediático. Lo que algunos ya llaman una “cultura política del escándalo” (Barkin, 1998; Thompson, 2001; Castells, 2008) ha supuesto el reconocimiento del poder de los medios en la construcción simbólica del escándalo, a partir del énfasis en ciertos marcos interpretativos con los que se narran las conductas corruptas que condicionan la percepción pública de los escándalos políticos. Este trabajo se centra en la representación simbólica de los escándalos que implican determinados abusos en el ejercicio del poder político o también llamados escándalos de corrupción política. Se trata de un tipo de escándalo en el que el desarrollo de los medios de comunicación y los cambios en la cultura política se convierten en dos aspectos clave para su comprensión (Arroyo, 1997; Castells, 2008; Lull y Hinerman, 1997; Thompson, 2001; Canel y Sanders, 2006). El análisis de la cobertura periodística sobre un caso de gran actualidad en Murcia, el “caso Umbra”, demuestra que, además de por el relato político-técnico, legal y moral, los escándalos de corrupción política pueden ser también enmarcados desde el enfoque reputacional, es decir, a partir de preocupación por el deterioro de la imagen que la proliferación de escándalos de corrupción política ofrece sobre un territorio concreto y sus instituciones.