La actividad de la banca y los negocios mercantiles en el Mare Nostrum

  1. Robles Reyes, Juan Ramón ed. lit.
  2. Parra Martín, María Dolores ed. lit.
  3. Díaz-Bautista Cremades, Adolfo coord.
  4. Vas González, Juana María del ed. lit.

Argitaletxea: [Cizur Menor (Navarra)] : [Aranzadi-Thomson Reuters], 2015

ISBN: 978-84-9098-078-1

Argitalpen urtea: 2015

Mota: Liburua

Laburpena

Este libro tiene su origen en la Asamblea General de la Asociación Iberoamericana de Derecho Romano reunida en Almería en la primavera del año 2012, en donde se adoptó, por unanimidad, el acuerdo de que la sede para la celebración del Congreso del año 2014 fuese la ciudad de Murcia, siendo el encargado de su organización el Catedrático D. Antonio Díaz Bautista. Se trata de mas de 40 aportaciones, siendo los negocios bancarios y mercantiles uno de los ejes en los que gira. El tema es lo suficientemente relevante y rico en enfoques como para permitir aportaciones desde los más diversos puntos de vista. La vida comercial en torno al Mare Nostrum, a nuestro Mar Mediterráneo, fue muy intensa, dilatada en el tiempo y con una diversidad de contratos y supuestos casi inimaginable. La práctica que se desarrolló por la actividad de navieros, comerciantes y prestamistas dio lugar a una regulación normativa que acabaría conformando las primeras regulaciones legales, en muchos casos de gran altura técnica. Hablar de hipotecas, préstamos, prenda, contratos con cláusulas condicionales o los documentos bancarios y notariales que se derivaban de ellos, supone el reconocimiento de una fuente de conocimientos e información imprescindible para conocer el porqué de nuestros códigos y sentencias y, sobre todo, el porqué las cosas se deben hacer bien hechas y las leyes bien promulgadas, para que la justicia, la prosperidad y la paz sigan existiendo en los pueblos. Esta es una meta del Derecho Romano en la actualidad y a la que se dirigen sus investigaciones, como se refleja en los capítulos de la presente monografía que, con altura técnica y rigor, deja constancia, una vez más, de que el Derecho Romano sigue conformando los cimientos del derecho actual.