Gastrectomía vertical laparoscópica y reflujo gastroesofágicoestudio radiológico, manométrico y pHmétrico. Determinación de factores pronósticos

  1. Jimeno Griñó, Pilar
Dirigida por:
  1. Ángeles Ortiz Escandell Directora
  2. Vicente Munítiz Ruiz Director/a
  3. David Ruiz de Angulo Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Murcia

Fecha de defensa: 17 de julio de 2021

Tribunal:
  1. Luisa Fernanda Martínez de Haro Presidenta
  2. Marcos Bruna Esteban Secretario/a
  3. Asunción Acosta Mérida Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Introducción: La cirugía bariátrica ha demostrado ser el tratamiento más eficaz y duradero de la obesidad y sus co-morbilidades. La Gastrectomía Vertical Laparoscópica (GVL) es la técnica más practicada en el mundo según los últimos registros. Su efectividad y seguridad han sido bien documentadas y estudios recientes avalan sus resultados, tanto a corto como a medio plazo. Sin embargo su relación con el Reflujo GastroEsofágico (RGE) es aún controvertida y por ello debe ser estudiada mediante pruebas funcionales. Objetivos: Determinar, mediante cuantificación del RGE con pHmetría esofágica ambulatoria de 24 horas, si la GVL globalmente considerada, es una operación refluxógena o por el contrario se trata de una técnica quirúrgica que protege del RGE. Se trata de un estudio prospectivo, donde analizamos los datos epidemiólogicos, radiológicos, manométricos, y clínicos, tras la cirugía y las características de los subgrupos en función de la evolución pHmétrica particular de los pacientes. Identificar factores pronósticos epidemiológicos, y derivados de los test realizados para poder permitir predecir la evolución del RGE en el paciente obeso que se va a someter a una GVL. Pacientes y Métodos: Se realizó un estudio prospectivo en el que se incluyeron 71 pacientes con OM, intervenidos por el Servicio de Cirugía General del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia entre los años 2013-2017, mediante una GVL. A todos los pacientes se le realizo preoperatoriamente y tras la GVL un estudio completo de RGE, comparando los datos antes y al año de la intervención. Asimismo, se separaron y estudiaron 4 grupos de pacientes según la evolución de RGE detectado en el postoperatorio y se realizó la búsqueda o identificación de factores pronósticos que nos pudieran predecir la evolución del RGE tras la GVL. Resultados: En relación a los datos ponderales, el IMC medio tras la GVL fue de 30.40±4.56, el %EPP de 67.48±14.60, y %PTP de 34.03±7.12. Tras la cirugía, se objetivo un aumento no significativo de pacientes sintomáticos, siendo la pirosis, el síntoma más frecuente. Y un aumento significativo en el consumo de fármacos antisecretores (70%) Los datos radiológicos y endoscópicos, mostraron un aumento significativo de HH en el postoperatorio (30 versus 13), y un leve aumento no significativo de lesiones inflamatorias (14% frente al 17%). En relación a las pruebas funcionales, los datos manométricos mostraron un descenso significativo en la presión del EEI (12.71±6.01) y de la amplitud de las ondas (97.37±39.76). Todos los parámetros estudiados en una pHmetría convencional, sufrieron cambios estadísticamente significativos tras la GVL en el sentido de hacerse patológicos, destacando el índice de DeMeester que de 24 pasa a 40, y el %pH menor de 4 que de 6.3% pasa a 9.25%. Por otro lado, obtuvimos una tasa de corrección del reflujo del 34.21%, una persistencia del RGE en casi el 47% de los pacientes, un RGE de novo de casi el 70% y una ausencia mantenida del RGE en el 30% de los pacientes. La presencia de una Phmetria positiva y una HH antes de la cirugía, se relaciona con mayor probabilidad de desarrollar RGE pHmetrico patológico tras la GVL. Conclusiones: La GVL es una técnica refluxógena, cuantificada por pHmetría esofágica de 24 horas. El reflujo gastro-esofágico postoperatorio se asocia con el aumento de la presencia de HH y con la disminución de la presión del EEI. Aunque la tasa de reflujo es mayor en el postoperatorio y el reflujo de novo es alta en nuestra serie, también existe un porcentaje considerable de pacientes en los que se negativiza una pHmetría positiva tras la GVL y otro grupo en el que la ausencia de reflujo patológico se mantiene tras la GVL, por lo que la presencia del mismo en el preoperatorio no debe ser una contraindicación de esta técnica. En relación a los factores pronósticos preoperatorios predictivos de presentar una pHmetría positiva tras la cirugía, solo hemos identificado la presencia de una HH y una pHmetria positiva antes de la cirugía