Um deus para Maquiavel [?]religiâo e religiosidade nos escritos de um segundo secretário da república de Florença (sécs. XV e XVI)
- Mandarano Cruz E Silva, Luis Gustavo
- Rodrigo Bentes Monteiro Doktorvater/Doktormutter
- José Javier Ruiz Ibáñez Doktorvater
Universität der Verteidigung: Universidad de Murcia
Fecha de defensa: 31 von Juli von 2020
- Silvia Patuzzi Präsident/in
- Luís Filipe Silvério Lima Sekretär/in
- Felipe Charbel Teixeira Vocal
Art: Dissertation
Zusammenfassung
Esta tesis busca arrojar luz sobre los juicios de Maquiavelo - por conjeturas, peculiares - sobre la religión y su propia religiosidad, con el objetivo de reorganizar y clarificar cuestiones no profundizadas en textos y trabajos anteriores, enriquecerlos o intentar aclararlos, y seguramente proponer nuevos entendimientos o incluso reforzar, a través de lecturas cuidadosas, teorías ya lanzadas. El trabajo intenta presentar dicho enlace a través de citas, posibles inclinaciones o incluso aparentes omisiones encontradas directamente en las obras y cartas escritas por el pensador. El cuerpo de escritos - histórico-políticos, literarios o personales - que ha dejado él representa así el conjunto principal de fuentes sobre las cuales se estudia y se basa para las conclusiones del trabajo. Sin embargo, se presta atención igualmente a la irrefutable necesidad de contextualización y reasignación del autor en el universo de la composición de sus obras. Como conclusiones, en el trabajo se lee que, para Maquiavelo, no importa quién ha fundado una determinada religión, ni el contenido de sus enseñanzas, dogmas, misterios o ritos. Más que su esencia, para él, lo más relevante en un corpus religioso (relativo a religión) es su función para la vida colectiva o su utilidad como instrumento en el arsenal de un gobernante para imponer su voluntad con menos dificultad. Es posible percibir, a través de sus pasajes, tanto esta última apropiación del término - la religión como instrumento de control y dominación - como su función de enseñar a reconocer y respetar las reglas políticas a partir del mandamiento religioso. Esa norma colectiva, para él, se manifiesta tanto en el aspecto coercitivo de la disciplina militar o la autoridad política impuesta, como en la persuasión individual de la educación moral y cívica o el miedo de los castigos sobrenaturales, lo que generaría consenso colectivo. No obstante, se entiende que tal construcción solo puede entenderse cuando se la analiza en su diálogo con lo que en la tesis se quiere llamar la religiosidad del secretario. Según su comprensión, los hombres tienen su génesis en la naturaleza y no en ningún evento divino o sobrenatural. Al tratar de protegerse de su propia violencia, habrían constituido las primeras formaciones políticas. En otras palabras, para él, la perfidia humana es un factor imperativo para la organización de las primeras sociedades. El hombre actuaría con maldad en cualquier oportunidad real, de ahí la recomendación recurrente a las leyes y las armas. Sin embargo, en su opinión, una religión nacional bien estructurada podría servir todavía mejor que un código legal para frenar las pasiones de los hombres, ya que requiere que se hagan juramentos y compromisos no con gobernantes o generales, sino con deidades o entidades sobrehumanas, la mayoría de las veces representados como seres omnipresentes y omniscientes. Se agrega a este tema de la maldad humana su desprecio por los aspectos de una posible vida post-mortem - lo que incluye su aparente omisión sobre la posibilidad de condenas "eternas" o cualquier tipo de juicio final. Se entiende que solo una despreocupación por juicios en otra vida podría permitirle animar a los gobernantes a simular contactos con esas deidades o entidades sobrenaturales, inspiraciones originarias de ellos, o afirmarse como sus representantes o herederos. Estrechamente relacionado con ese tema está su aprecio por las cosas de este mundo. La gloria en este mundo, incluso después de la muerte, toca a Maquiavelo en varios puntos de sus reflexiones. Es una idea que ha construido basándose en su análisis de las historias de los antiguos, de las cuales también absorbe muchos ejemplos en los que la religión sirvió bien al estado. Su conjunto de preceptos morales, marcados por el diálogo entre los universos cristiano y pagano, debidamente adaptados a su comprensión del mundo - y, al mismo tiempo, ayudando a ajustarla - representan un último elemento para una impresión fundamental de la tesis: el concepto de religión en Maquiavelo se trata de materia del universo político, no de las creencias y de la religiosidad - al menos desde la perspectiva de quienes lo proponen y aplican. Se entiende que, si uno intenta hacer dialogar tal concepto con su propia religiosidad de una manera superficial, se perderá en un laberinto de contradicciones. No obstante, basado en los elementos propuestos por esta tesis - la mayoría de ellos con respecto a su religiosidad -, las contradicciones parecen desaparecer y la comprensión del secretario sobre la religión empieza a caminar en armonía con esa religiosidad. Es a partir del análisis de su sentimiento religioso - es decir, de sus creencias, miedos y deseos relacionados con lo sobrenatural - que se forman las bases para comprender mejor su entendimiento político de la religión. No porque estén "paradójicamente" concatenados, sino porque parecen ser los elementos y reflexiones características del primero lo que le habría permitido concebir su comprensión de la religión fuera de este universo, acercándolo más a su reflexión política que a su experiencia religiosa (relacionada a religiosidad).