Estudio anatómico, ecográfico, tomográfico e imagen por resonancia magnética de la articulación temporomandibular del caballo = Anatomy, ultrasonography, computed tomography and magnetic resonanace imaging of the equine temporomandibular joint
- Rodríguez Vizcaíno, María Jesús
- Amalia Agut Giménez Director
- Rafael Manuel Latorre Reviriego Director
Universidade de defensa: Universidad de Murcia
Fecha de defensa: 12 de decembro de 2008
- Salvador Climent Perís Presidente/a
- Gregorio J. Ramírez Zarzosa Secretario
- Miguel Ángel Sánchez Valverde García Vogal
- Alberto Arencibia Espinosa Vogal
- Martin Sullivan Vogal
Tipo: Tese
Resumo
1. INTRODUCCIÓN El creciente interés despertado en los veterinarios por la ATM del caballo se debe a un mayor conocimiento de esta región gracias al incremento de estudios sobre la relación existente entre la ATM y diferentes aspectos del rendimiento del animal. La ATM se ha catalogado como una región anatómica muy compleja que implica una gran dificultad a la hora de ser estudiada. Sólo con la información proporcionada por la anamnesis y el examen clínico es complicado llegar al diagnóstico definitivo, sobretodo porque en muchas ocasiones la sintomatología demostrada es leve, inespecífica y variable en el tiempo. Tradicionalmente, la radiografía ha sido el método estándar empleado para estudiar la ATM equina. Sin embargo, la superposición de estructuras óseas adyacentes dificulta la obtención de imágenes diagnósticas y su interpretación. La ecografía es un método de diagnóstico seguro, dinámico y reproducible, que permite evaluar los tejidos blandos, el cartílago articular y las superficies óseas con un reducido coste. A pesar de ello, son pocas las referencias bibliográficas sobre la anatomía ecográfica de la ATM del caballo. Recientemente, la introducción de las modernas técnicas de diagnóstico por imagen, como la TC y la IRM, ha revolucionado la clínica equina. Este tipo de exámenes ofrecen la posibilidad de adquirir imágenes multiplanares, proporcionando una resolución espacial y un contraste de las mismas excelente, lo cual se ha traducido en alcanzar diagnósticos muy tempranos y mejorar la efectividad de las estrategias terapéuticas. Pero a su vez, implican poseer un conocimiento exhaustivo de la anatomía, sobretodo de la anatomía seccional, para asistir en la interpretación de las imágenes obtenidas. Desafortunadamente, las publicaciones relacionadas con el uso de estas técnicas para evaluar la ATM en el caballo son limitadas y no se han hallado referencias entorno a estudios anatómicos por medio de TC o de IRM. Por todo ello, se plantearon los siguientes objetivos, base de la presente tesis doctoral: 1. Describir en detalle la anatomía normal de la ATM equina mediante disección, inyecciones vasculares y secciones seriadas, además de su relación con otras estructuras adyacentes (artículo 1). 2. Optimizar un protocolo de examen ecográfico para dicha articulación, reseñando la anatomía ecográfica normal y la ecogenicidad de las estructuras observadas, y correlacionando las imágenes obtenidas con secciones anatómicas realizadas en el mismo plano de corte (artículo 2). 3. Estudiar mediante TC la anatomía normal de la ATM en el caballo, usando secciones anatómicas plastinadas y congeladas elaboradas en el mismo plano de corte que las imágenes tomográficas (artículo 3). 4. Realizar un examen anatómico seccional por IRM de la ATM equina, estableciendo los planos de corte y las secuencias más óptimos para el estudio de sus componentes (artículo 4). 2. MATERIAL Y MÉTODOS La eutanasia de los animales empleados para la realización de las investigaciones fue por motivos ajenos a patologías de la ATM, problemas dentarios, alteraciones de los músculos masticatorios u otros desórdenes de la cavidad oral. En el estudio 2 se utilizaron además 5 animales vivos que también estaban exentos de dichos desórdenes. Artículo 1 En este estudio se emplearon las cabezas de 12 caballos Pura Raza Español, en los que los compartimentos sinoviales de las ATM fueron inyectados con látex coloreado. La inyección vascular se realizó mediante la introducción de 70 mililitros (ml) de epoxy rojo a través de la arteria carótida común. Posteriormente siete cabezas fueron congeladas a -30º C durante 48 horas para obtener bloques que contenían sólo la ATM. Seguidamente se congelaron a -70º C durante una semana con el fin de adquirir criosecciones en plano transversal y oblicuos: 1) lateroventrocaudal-mediorostrodorsal con un ángulo de 45º respecto al eje sagital y 45º respecto al eje transversal de la cabeza; 2) rostrodorsomedial-caudoventrolateral, angulando la sierra de banda de alta velocidad 15º con el plano horizontal y 20º con el plano transversal de la cabeza; y 3) caudodorsomedial-rostroventrolateral, formando un ángulo de 10º con el plano horizontal y 45º con el eje transversal de la cabeza. Las secciones fueron plastinadas usando el método de plastinación P-40. Dos cabezas fueron sometidas a digestión enzimática mediante la técnica de la pancreatina para el estudio vascular y 6 cabezas se emplearon para la disección lateral y medial de la región. Artículo 2 El estudio ecográfico se llevó a cabo en 12 cadáveres y en 5 caballos vivos, todos ellos de Pura Raza Español. La exploración ecográfica de las ATM procedentes de los cadáveres se realizó dentro de las 2 horas post mortem. Una vez delimitada la región, se procedió a su depilación, limpieza con agua jabonosa y a la aplicación de gel de ecografía para favorecer el contacto del transductor. El protocolo ecográfico constó de tres abordajes: lateral, el cual se consiguió colocando el transductor en el plano latero45ºdorso45ºcaudal-ventromediorostral oblicuo; rostral, ubicando la sonda en el plano rostro20ºlatero15ºdorsal-caudomedioventral oblicuo; y el abordaje caudal, donde la posición del transductor describía el plano caudo10ºdorso45ºlateral-rostroventromedial oblicuo. El transductor empleado fue de alta frecuencia (11 MHz) lineal. Seguidamente, 6 cabezas se destinaron para hacer la disección, y otras 6 cabezas fueron empleadas para obtener secciones anatómicas de 3 mm de grosor, cortadas en el mismo plano descrito para cada uno de los abordajes ecográficos. Dichas secciones fueron plastinadas por la técnica de plastinación P-40 y fotografiadas. Los componentes articulares se identificaron tanto en las secciones como en las imágenes ecográficas. El mismo protocolo de examen ecográfico desarrollado en el estudio post mortem fue aplicado en los 5 caballos vivos. Para evitar los movimientos y obtener una buena calidad de imagen, los animales fueron sedados mediante una inyección intravenosa de romifidina (0.05mg/kg de peso vivo) combinada con butorfanol (0.05mg/kg de peso vivo). Artículo 3 Para el estudio tomográfico se utilizaron 8 ATM procedentes de 4 caballos inmaduros Pura Raza Español. Dentro de las 2 horas post mortem, las articulaciones fueron, primero examinadas ecográficamente para descartar efusión articular o irregularidad de las superficies articulares que indicaría patología, y seguidamente evaluadas mediante un tomógrafo helicoidal de dos detectores. Las imágenes se procesaron con los algoritmos de detalle y los niveles de ventana apropiados para mejorar la resolución de los tejidos óseos y blandos. Una vez adquiridas las imágenes TC transversales (siguiendo el plano transversal de la cabeza), éstas se reformatearon en el plano sagital (plano sagital de la cabeza) y dorsal (plano dorsal de la cabeza). Finalizado el estudio por imagen, las cabezas se congelaron para obtener criosecciones de 3 mm de grosor en cada uno de los planos de corte anteriormente mencionados. Las imágenes de TC fueron correlacionadas con las correspondientes secciones anatómicas para su interpretación. Artículo 4 El examen por IRM se efectuó sobre las ATM de 6 caballos Pura Raza Español (4 jóvenes y 2 adultos) en las siguientes 2 horas post mortem. Para escanear las articulaciones se utilizó un imán de 1 Tesla y una antena de superficie de 7.5 cm de diámetro. El protocolo consistió en las secuencias de pulsos SE T1, FSE T2, T2* y DP saturación de grasa adquiridas en los planos de corte sagital oblicuo (perpendicular al eje lateromedial del cóndilo mandibular), transversal oblicuo (paralelo al eje lateromedial del cóndilo mandibular) y dorsal oblicuo (paralelo a la superficie articular del cóndilo mandibular). En las imágenes sagitales oblicuas potenciadas en SE T1 se estudió la posición del disco con respecto a la superficie del cóndilo mandibular. Tras el examen por IRM, las cabezas fueron procesadas para conseguir criosecciones (3 mm de grosor) en los mismos planos de corte que las imágenes de resonancia para su posterior correlación e interpretación. 3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Artículo 1 A diferencia de la medicina humana donde la ATM tiene un gran interés y es estudiada ampliamente (Bermejo-Fenoll y cols. 1992; Lippert 2000; Emshoff y cols. 2002), las descripciones anatómicas encontradas en la literatura sobre la ATM equina son breves y de escaso detalle. Mediante la disección se ha confirmado la relación que la ATM guarda con otras estructuras como la glándula parótida, la arteria y vena maxilar, los vasos transversos de la cara, el nervio facial, el nervio mandibular o el meato acústico externo (Barone 1980; May y cols. 2001; Rosenstein y cols. 2001), también descrito para el hombre (Schmolke 1994; Lippert 2000). Pero han sido las secciones oblicuas las que mayor información han aportado, al permitir visualizar aspectos de la ATM que no eran posible mediante la disección. El disco articular se inserta lateralmente en la cápsula y en el cóndilo mandibular, y medialmente en la cápsula y en el hueso temporal. Estos hallazgos no habían sido descritos por Rosenstein y cols. (2001) o Weller y cols. (2002), y están en discorcondacia con May y cols. (2001) quienes describen una inserción circumferencial del disco a la cápsula y al cóndilo mandibular. La inserción caudomedial del disco sobre el espacio retroarticular y la porción timpánica del hueso temporal tampoco se había descrito previamente en la literatura. El nervio masetérico se relaciona con las fibras de la cápsula articular y del disco a su paso por la escotadura de la mandíbula, a igual que en el hombre (Schmolke 1994; Lippert 2000), pero hasta ahora no se había detallado en el caballo. La cápsula articular es completa, a diferencia de la información publicada en humana por Bermejo-Fenoll y cols. (1992) quienes afirman que no existe una cápsula completa sino refuerzos capsulares dispuestos como fibras largas y cortas. La cápsula está íntimamente relacionada con las arterias y venas temporales superficiales, maxilares, temporales profundas caudales, y con el plexo venoso pterigoideo (Barone 1980; Weller y cols. 2002), de forma similar a como ocurre en humana (Schmolke 1994; Lippert 2000). Según nuestros resultados, los ligamentos lateral y caudal tienen entidad propia, a diferencia de las descripciones hechas por otros autores (Barone 1980; Weller y cols. 2002) refiriéndolos como meros refuerzos capsulares. Entre el ligamento caudal, la cápsula, el disco articular, la porción timpánica del hueso temporal y la cisura petrotimpánica existe una relación directa que une la ATM con el oído medio. Estos hallazgos no están descritos en la bibliografía referente del caballo, pero sí en humana (Schmolke 1994; Cheynet y cols. 2003). Cheynet y cols. (2003) además describen 2 ligamentos más, el dicomaleolar y el maleomandibular, desde la ATM al maleolo del oído medio. En nuestro estudio se han identificado dos compartimentos sinoviales no comunicados, con un receso rostral y otro caudal para cada uno de ellos. Recientemente Weller y cols. (2002) no mencionan el receso rostral del compartimento sinovial dorsal, y May y cols. (2001) sólo describen estos recesos para el compartimento dorsal y no para el ventral. En humana, Bermejo-Fenoll y cols. (1992) y Lippert (2000) no hacen referencia a ninguna compartimentalización de las cavidades articulares. Adicionalmente, Weller y cols. (2002) han descrito vellosidades sinoviales en ambos compartimentos, pero en nuestro estudio sólo se visualizaron elevaciones de la membrana sinovial por la grasa intra-articular. El aporte vascular del disco articular de la ATM en el caballo es periférico y procede de las arterias transversa de la cara, temporal profunda caudal y timpánica. Estos resultados difieren del aporte rostral y caudal descrito en humana (Schmolke 1994) y del aporte exclusivo caudal desde el tejido retrodiscal detallado para el caballo por Barone (1980) y May y cols. (2001). La inserción de los músculos pterigoideos lateral y medial en el aspecto ventromedial de la cápsula, el nexo rostromedial entre fibras del músculo temporal y el disco articular, y las inserciones del músculo masetero a fibras rostrales y laterales del disco son hallazgos nuevos para la ATM equina, aunque ya habían sido observados en humana previamente (Schmolke 1994). Artículo 2 Recientemente se ha demostrado que la ecografía es una herramienta excelente, segura y de bajo coste económico para el diagnóstico de desórdenes de la ATM equina (Weller y cols. 1999a). Sin embargo, sólo Weller y cols. (1999b) han descrito la anatomía ecográfica de dicha articulación comparándola con secciones anatómicas. Estos autores emplearon para su investigación un transductor lineal de 7.5 MHz. En el presente estudio se utilizó una sonda lineal de 11 MHz ya que proporciona una mejor calidad de las imágenes al conseguir mejor diferenciación tisular y tener un punto focal más superficial (Brandlmaier y cols. 2003). Para conseguir una interpretación más fiable del examen ecográfico, las secciones anatómicas plastinadas adquiridas en el mismo plano de corte que las imágenes ecográficas han sido correlacionadas con las correspondientes imágenes de ecografía. El protocolo ecográfico desarrollado constó de tres abordajes longitudinales: rostral, lateral y caudal. Dichos abordajes son modificaciones de los descritos previamente por Weller y cols. 1999b. En ellos, las superficies articulares se visualizaron como líneas regulares hiperecogénicas que producen sombra acústica. El cartílago articular se observó como una banda hipoecogénica, de 3 mm de grosor en animales jóvenes, sobre la superficie articular; pero este cartílago se visualizaba menos hipoecoico que en otras articulaciones, ya que la posición del transductor no es totalmente perpendicular a dicha estructura (Cauvin y cols. 1996; Tnibar y cols. 1999). En caballos adultos es más difícil visualizar el cartílago articular debido a su menor grosor (Weller y cols. 1999b). El disco articular se identificó como una estructura triangular, ecogénica y homogénea. En el abordaje caudal sólo se visualizó la expansión fibrosa caudal, a diferencia de las descripciones publicadas anteriormente (Weller y cols. 1999b). Esta discrepancia puede ser debida al diferente emplazamiento del transductor. La cápsula articular se identificó como una interfase hiperecogénica y el tejido subcutáneo se observó superficialmente con una textura ecogénica homogénea (Weller y cols. 1999b). La vena transversa de la cara no se identificó en nuestro estudio, ni en el abordaje ecográfico rostral ni en la sección anatómica correspondiente, estando estos resultados en desacuerdo con los de Weller y cols. (1999b), posiblemente por la oblicuidad de las imágenes y secciones. Para visualizar esta vena, la sonda debe ubicarse más caudal y ventral a nuestras descripciones, siendo las imágenes de la ATM obtenidas de menor calidad diagnóstica. En el abordaje caudal, la glándula parótida se observó como un área de morfología de hoja hipoecoica con un patrón hiperecogénico lineal. Entre la glándula y la expansión fibrosa caudal del disco se identificó el receso caudal del compartimento sinovial dorsal como una banda hipoecoica. Este resultado no está descrito en los estudios previos (Weller y cols. 1999b), como tampoco lo está la visualización del ligamento lateral en el abordaje rostral. El compartimento ventral no se observó ecográficamente (Weller y cols. 1999b); según nuestros resultados del artículo 1, sus dimensiones en caballos sanos son muy pequeñas para ser visualizado en ecografía, pero si se identifica en las secciones anatómicas. Artículo 3 Los resultados de este estudio avalan a la TC helicoidal como un buen método de diagnóstico para evaluar en detalle los componentes óseos de la ATM equina. El TC helicoidal-dual de alta resolución utilizado permitió la obtención de imágenes de buena calidad. Así, el uso de una ventana de hueso y un algoritmo de detalle óseo facilitó la adquisición de imágenes con una alta resolución ósea, diferenciándose claramente la cortical (línea regular y delgada altamente atenuada) y la médula (estructura homogénea de baja atenuación). El cartílago articular se observó como una línea regular, lisa, de atenuación alta, dispuesta sobre el hueso subcondral, homogéneo y de baja atenuación. A pesar de aplicar la ventana y el algoritmo de detalle tejido blando apropiados, las imágenes TC resultantes mostraron una pobre delineación de los tejidos blandos de la ATM. Aun así se pudieron identificar y correlacionar el disco articular, el receso caudal del compartimento sinovial dorsal, la cápsula articular y los músculos masticatorios. Cada una de estas estructuras exhibió diferentes tonalidades de grises, siendo el líquido sinovial la estructura con menor atenuación. Los músculos masticatorios fueron los componentes mejor visualizados (Arencibia y cols. 2000; Devine y cols. 2005). Los ligamentos no pudieron identificarse en las imágenes tomográficas pero sí en las secciones anatómicas. Estos hallazgos pueden estar relacionados con la diferencia de densidad entre los tejidos blandos de la ATM y las estructuras óseas adyacentes, tal como pormenoriza Seeram (2001) en sus descripciones para la ATM humana. En otros estudios recientes de humana (Kaga y cols. 2003; Casanova y cols. 2006) se han obtenido imágenes con buena resolución para los tejidos blandos de la región temporomandibular, pero la diferencia está en el empleo de unidades de TC más avanzadas ("3D cone beam CT") que proporcionan una resolución de contraste superior y una disminución de la presencia de artefactos (Honey y cols. 2007). En el presente estudio, para minimizar los cambios post mortem en la visualización de los tejidos blandos, el examen TC se realizó dentro de las dos horas tras la eutanasia; aun así, los vasos venosos aparecían negros debido al acumulo de aire; Morrow y cols. (2000) atribuyen dicha apariencia a los cambios post mortem. Este hallazgo se debe tener en cuenta ya que en la práctica clínica los vasos presentan una apariencia hipoatenuada debido a su contenido líquido (Kaser-Hotz y cols. 1994). Aparte de este hallazgo no se encontraron otras variaciones en las imágenes TC de las ATM atribuibles a cambios post mortem, coincidiendo con los resultados de otros autores (Morrow y cols. 2000; Smallwood y cols. 2002). Respecto a los planos de corte obtenidos, los planos transversal y sagital son los que mayor información proporcionaron acerca de las superficies articulares y de las relaciones existentes entre la ATM y estructuras adyacentes como la porción petrosa y timpánica del hueso temporal (oído medio e interno), la articulación temporohioidea, las bolsas guturales, la arteria carótida interna y el seno venoso temporal. De hecho, los resultados publicados en medicina humana para el estudio tomográfico de la ATM recomiendan dichos planos (Casanova y cols. 2006). Las imágenes TC en plano dorsal fueron útiles para evaluar el cartílago articular, el hueso subcondral y la simetría del espacio articular, resultados similares a los descritos en el hombre (Nugent y Keobke 2001). De todos modos, las secciones anatómicas contenían más información de la que pudo ser identificada en las imágenes tomográficas como por ejemplo la topografía de los nervios mandibular y masticatorio. La reconstrucción volumétrica tridimensional fue muy útil para visualizar de manera simultánea los 3 planos de corte de la articulación, caracterizando las superficies de la ATM (Kau y cols. 2005). Artículo 4 Al no existir referencias previas sobre estudios anatómicos por IRM de la ATM del caballo, el protocolo empleado en este estudio se basó en los protocolos descritos en medicina humana (Vilanova y cols. 2007). El uso de cadáveres limitó nuestro protocolo a exámenes con la boca cerrada, en contraste con los exámenes dinámicos que se realizan en humana para documentar de manera exacta la posición del disco articular (Drace y Enzmann 1990). La mayor recopilación de información se consiguió mediante las imágenes IRM en los planos sagital oblicuo y transversal oblicuo, alcanzando una descripción anatómica excelente de los componentes de la ATM y de su relación con estructuras nobles adyacentes, a igual que ocurre en humana (Vilanova y cols. 2007). Entre estas relaciones destaca el nexo de unión del disco, la cápsula, el ligamento caudal con el oído medio, información verificada mediante las secciones anatómicas frescas y plastinadas que se utilizaron para la interpretación de las imágenes IRM. El uso de un imán con una intensidad de campo de 1 T, una antena de radiofrecuencia de superficie pequeña (7.5cm de diámetro), unos parámetros ajustados y un grosor de corte de 3 mm, posibilitó la obtención de un ratio ruido-señal alto (Stehling y cols. 2007), y consecuentemente, un contraste y una resolución espacial excelente, sobretodo en las secuencias SE T1, las cuales se emplearon para evaluar la anatomía articular y peri-articular, como previamente se ha descrito en el hombre (Sommer y cols. 2003). En cambio, las secuencias T2* y DP supresión de grasa exhibieron de forma superior la morfología del disco y destacaron la visualización del cartílago articular y de los compartimentos sinoviales (sinovia y líquido sinovial), a pesar de mostrar las imágenes menor resolución debido al artefacto de granulado. La secuencia FSE T2 se utilizó porque reduce el tiempo de escaneo, proporcionando imágenes con una resolución anatómica aceptable que a su vez son sensibles a cambios patológicos (Westbrook and Kaut 2000). Sin embargo, las secuencias T2* y DP supresión de grasa fueron superiores para evaluar el cartílago articular y el líquido synovial sin interferencia de la grasa, la cual aparecía brillante en la secuencia FSE T2. Las intensidades de señal observadas en nuestro estudio para algunos de los componentes de la región temporomandibular no coinciden con las descritas en pacientes humanos (Stoller y Jacobson 1997). La explicación radica en el desarrollo de las investigaciones sobre pacientes vivos, y por lo tanto no existen alteraciones de las imágenes como consecuencia de cambios post mortem. La principal diferencia encontrada en las imágenes es la apariencia de los vasos con una intensidad de señal muy baja (próxima al negro), emulando el flujo sanguíneo, que se correspondía con aire. Otros estudios en extremidades de cadáveres de caballos describen una intensidad de señal alta merced a la existencia de coágulos (Latorre y cols. 2006). Nuestros resultados revelaron una intensidad de señal alta de la sinovia y del líquido sinovial en todas secuencias, mientras que en humana el líquido exhibe una intensidad de señal baja en T1. Otros autores (Blaik y cols. 2000) resaltan la baja intensidad de señal demostrada tanto por la sinovia como por el líquido en las imágenes T1 de extremidades en cadáveres. El cartílago articular se visualizó en las imágenes T2* y DP saturación de grasa como una banda de alta intensidad de señal sobre el hueso subcondral que aparecía con una intensidad de señal nula (negro). En los especimenes inmaduros, el cartílago articular era más grueso (3 mm) que en adultos (1 mm), estando estos resultados en concordancia con los previamente descritos para la ATM equina mediante ecografía (Weller y cols. 1999b). El disco articular reveló una intensidad de señal intermedia en su porción central y en la zona de transición entre la porción caudal y la expansión fibrosa caudal, claramente identificada en las secuencias SE T1, a igual que se ha descrito para el hombre (Vilanova y cols. 2007). Esta heterogeneidad se justifica en ambas especies por las variaciones de la composición del disco en dichas zonas, fibras elásticas en la porción central al ser la zona de mayor carga y tejido fibroso en la zona retrodiscal. La cápsula (baja intensidad de señal en todas secuencias) y los ligamentos (intensidad de señal intermedia) se identificaron en nuestro estudio, a diferencia de las descripciones en humana. Los músculos masticatorios demostraron diferentes tonalidades de grises en las diferentes secuencias de IRM. La identificación de las estructuras nerviosas resultó muy compleja, pero la grasa adyacente resaltó la baja intensidad de señal que demostraban en las secuencias SE T1 y FSE T2. Algunos de los nervios identificados fueron el masetérico, el facial y el mandibular. Todos estos resultados demuestran que la IRM es una técnica prometedora para el estudio de la ATM equina, que contribuye en un mejor conocimiento de esta articulación. 4. CONCLUSIONES 1. La ATM del caballo presenta un aporte vascular periférico propio y mantiene una relación íntima con estructuras adyacentes tan importantes como el oído medio, el nervio mandibular, la arteria timpánica o la articulación temporohioidea. Estos nexos explican muchos de los signos clínicos inespecíficos clásicamente asociados a patologías temporomandibulares como sacudidas de cabeza o inclinación de la misma (artículo 1). 2. Para evaluar la anatomía ecográfica normal de los componentes articulares de la ATM se necesita un protocolo de examen que conste de tres abordajes: lateral, rostral y caudal. Con ellos sólo se puede estudiar el aspecto lateral de la articulación. Los resultados obtenidos describen las superficies articulares hiperecoicas con sombra acústica, el cartílago articular hipoecogénico, el disco articular y la expansión fibrosa caudal más ecogénicos que el cartílago, el receso caudal del compartimento sinovial dorsal con una textura hipoecoica heterogénea, y la cápsula articular y el ligamento lateral hiperecogénicos, cuya interpretación es facilitada por la correlación de éstas imágenes con las secciones anatómicas obtenidas en el mismo plano de corte (artículo 2). 3. La TC helicoidal es un método de diagnóstico excelente para evaluar los componentes óseos de la ATM en esta especie, pero las imágenes obtenidas de los tejidos blandos, aun aplicando algoritmos de detalle tejido blando, son de baja resolución diagnóstica. Los planos de corte que más información aportan son el transversal y el sagital (artículo 3). 4. El estudio de la ATM equina mediante IRM proporciona un excelente detalle de los componentes óseos y tejidos blandos de forma simultánea. La secuencia SE T1 en el plano oblicuo transversal y sagital es la base para identificar la anatomía. La secuencia FSE T2 aporta una buena resolución anatómica y una sensibilidad alta en la detección de patologías, sin embargo, las secuencias T2* y DP saturación de grasa son superiores para estudiar el cartílago articular y los compartimentos sinoviales al visualizarse con mayor intensidad de señal, y demuestran mayor sensibilidad en la detección de lesiones (artículo 4).