Apariencia y representación de las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela en la corte de Felipe II
- Albaladejo Martínez, María
- Manuel Pérez Sánchez Directeur
- María Concepción de la Peña Velasco Directrice
Université de défendre: Universidad de Murcia
Fecha de defensa: 02 juin 2011
- Cristóbal Belda Navarro President
- Maurizio Vitella Secrétaire
- Blanca García Vega Rapporteur
- Jesús Rivas Carmona Rapporteur
- Amelia López-Yarto Elizalde Rapporteur
Type: Thèses
Résumé
A lo largo de los siglos la apariencia ha sido uno de los instrumentos más eficaces para suscitar sentimientos y transmitir ideas de grandeza, respeto, virtud y admiración. Consciente de ello, en el siglo XVI la monarquía española subrayó las señas de su autoridad a través de la imagen de la Corona y de una de sus figuras más representativas: la infanta de España, quien formaba parte de la glorificación y escenografía del poder real, encarnando una apariencia majestuosa, cuyo objeto era enaltecer al monarca y a la institución a la que personificaba. Apariencia y representación de las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela en la corte de Felipe II, es un trabajo de investigación que nació del deseo de profundizar en el conocimiento de dos figuras de la monarquía española que contribuyeron a difundir la majestad y la autoridad del rey con la belleza de sus atavíos, ornamentos y modales, virtudes que exaltaron el fasto, la pompa y la sacralidad de su dinastía. El último cuarto del siglo XVI fue una época en la que la apariencia adquirió un lugar especial para los miembros de la Corona. Historiadores como Lisón y Bouza, ya señalaban en sus estudios, la preocupación de Felipe II por su imagen en todos los ámbitos, pero sobre todo en el nuevo ejercicio de poder instaurado tras la muerte de su padre, el protocolo borgoñón, creado entre muchas razones para favorecer la apariencia magna de la monarquía. Asimismo, la situación de hegemonía política y económica de la que disfrutaba España durante estos años, colocó a la monarquía española en el punto de mira de otras potencias europeas, convirtiéndose su imagen en emblema de prosperidad y de identidad propia. En esta escenografía el rey se presentaba como la figura principal rodeado en numerosas ocasiones de su familia, jugando sus hijos un papel fundamental como continuadores de su estirpe. En España, donde no existía la ley sálica, la infanta como descendiente y posible heredera del rey tenía la misión de mostrarse como digna sucesora de su imperio, reflejar sus valores y asegurar la supervivencia de su dinastía. Felipe II tuvo tres hijas, las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela, hijas de su tercera esposa, Isabel de Valois y María, nacida de su cuarta mujer, Ana de Austria. La infanta María falleció a los tres años, siendo Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela las infantas que vivieron en la corte española, gozando de primacía en materia de modas y costumbres. Ambas son los mejores ejemplos para conocer la apariencia femenina y la expresión del poder. Especialmente Isabel Clara Eugenia, la cual por ser la primogénita, fue quien obtuvo una mayor atención de sus contemporáneos, así como una mayor trascendencia en la Historia, conservándose de ella más documentos y descripciones. Para ello se han estudiado los rasgos de la fisionomía de Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela, su carácter, el entorno donde crecieron, el protocolo a su servicio, su educación, atuendos, aderezos, ademanes y la proyección de su imagen en el arte y en la sociedad de su época, dando como resultado un trabajo de investigación dividido en seis capítulos, cuatro anexos y un apéndice documental. La recopilación, lectura y análisis de diferentes fuentes han permitido desarrollar este tema de investigación. Sus numerosos retratos, bibliografía de carácter general y específico, otras publicaciones y documentos de la época, tales como literatura del Siglo de Oro, libros de sastres, etiqueta, cartas, crónicas, inventarios de bienes, codicilos, y libros de cuentas forman el corpus de esta tesis doctoral.