Del paternalismo al principio de autonomíaun viaje inacabado

Resumo

La situación jurídica española actual y los derechos y obligaciones de los profesionales sanitarios, de los ciudadanos y de las instituciones sanitarias, se encuentran recogidas en la ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica que pretende ser el eje central de la relación médico paciente, en dicha ley se incluye el Principio de Autonomía, el cual tiene en cuenta la libertad y responsabilidad del paciente, es el propio paciente el que decide lo que le conviene, aunque no sea compartido por el facultativo que le atiende. Esta ley, creemos que no ha tenido la suficiente difusión entre los profesionales sanitarios siendo fundamental el conocimiento de la misma como paso previo a su aplicación. Además en la práctica diaria de los facultativos surgen situaciones conflictivas como la necesidad de tener que transfundir a un T. de Jehová en las que entra en conflicto el principio de beneficencia con el derecho de autonomía del paciente, creando una gran inquietud en ambas partes, teniendo que recurrir en ocasiones a los tribunales. Con estas premisas y, a través de este estudio, nos propusimos evaluar si los facultativos de la Región de Murcia conocen y aplican la Ley 41/2002, y por tanto qué actitudes prevalecían en la relación médico-paciente: de respeto hacia la autonomía del paciente o si por el contrario aún prevalece un modelo paternalista. De nuestros resultados de desprende que si bien el modelo paternalista ha sido desplazado, aun no hemos entrado plenamente en la primacía del Principio de Autonomía, situándonos todavía en actitudes intermedias, siendo las actitudes muy paternalistas entre el 7 y el 49% en función de la dimensión analizada. El 49,4% de los facultativos desconocen la Ley 41/2002, asociándose significativamente con la realización de formación continuada en M. Legal y/o Bioética. Desconocer esta ley es entre 2-6 veces un factor de riesgo de actitudes paternalistas en todas las dimensiones exploradas, con excepción del derecho a la información en enfermedades banales. Consideramos fundamental desarrollar programas de formación y capacitación específica que propicien un cambio de actitudes de los profesionales sanitarios hacia los derechos del paciente tal y como demanda la legislación y la sociedad actual.