Los controles de drogas a conductores en Españaanálisis de la legislación, la formación específica de los profesionales y los dispositivos de detección

  1. Ramírez Perea, Juan José
Dirigida por:
  1. María Dolores Pérez Cárceles Directora
  2. Julio Sigüenza López Director

Universidad de defensa: Universidad de Murcia

Fecha de defensa: 16 de abril de 2021

Tribunal:
  1. Borja Mapelli Caffarena Presidente/a
  2. Aurelio Luna Maldonado Secretario
  3. Herminio Ramón Padilla Alba Vocal
Departamento:
  1. Ciencias Socio-Sanitarias

Tipo: Tesis

Resumen

En la Primera Conferencia Interministerial Mundial sobre Seguridad Vial celebrada en Moscú auspiciada por la Organización de Naciones Unidas, se barajaron cifras de siniestralidad vial anual superiores a 1.200.000 fallecidos, 50 millones de heridos, y costes económicos asociados del 1’5% del PIB global, todo ello considerado como un problema de salud pública de primer orden y calificado como una verdadera pandemia a nivel mundial por la OMS, que se ha convertido en la primera causa de muerte en el sector poblacional de entre 5 y 29 años; por lo que, dentro del Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011-2020 de la ONU, y bajo el lema de “Es hora de Actuar”, se diseñó la Estrategia de Seguridad Vial con la intención de fijar un objetivo de reducir en un 40% el número de fallecidos a consecuencia de los siniestros viales. Por lo que respecta a nuestro país, y según datos del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses en su memoria del año 2019, y referida al año anterior, el 45’5 % de los análisis de los conductores fallecidos en accidentes de tráfico, mostraban presencia de alcohol, drogas ilícitas o psicofármacos en su organismo, de las que el 61’8% pertenecían a alcohol, el 44’1% a drogas ilegales y el 27’2% a psicofármacos. De estas cifras, cabe reseñar el preocupante dato, de que, sobre las cifras de drogas ilegales, el 56’3% pertenecían a la presencia de cannabis, y el 52´7% a la cocaína. El consumo de sustancias psicoactivas diferentes al alcohol, es frecuente en los conductores españoles. El proyecto de investigación europea DRUID (Driving Under Influence of Alcohol, Drugs and Medicines), sitúa a nuestro país en primer lugar de los participantes en cuanto a consumo de sustancias psicoactivas (todas), de cannabis, cocaína, y, en combinación de alcohol y drogas. La investigación de la conducción drogada es más compleja que la investigación etílica y está sujeta a graves incertidumbres como la falta de estandarización legal a nivel de la UE, del conocimiento de la correlación de los diferentes niveles de consumo con el deterioro psicomotor, de la efectividad de las pruebas y fiabilidad de los dispositivos de detección indiciarias, del establecimiento de los límites de corte por parte de los diferentes fabricantes, de la falta de normalización en los procedimientos analíticos, umbrales de detección y niveles de corte usados en los laboratorios que realizan las pruebas de confirmación, etc., lo que provoca que el actual modelo de intervención no resulte eficaz y eficiente para combatir el problema de la conducción drogada. Abordamos en el presente estudio la problemática asociada a la conducción de vehículos bajo el consumo de sustancias psicoactivas diferentes al alcohol, al tiempo que proponemos un sistema de lucha contra la conducción drogada, basado en una legislación clara y coherente, en agentes de la autoridad especialmente capacitados y unas pruebas y dispositivos de detección fiables y adaptados a la legalidad vigente.