El fantasma en el cine japonés de posguerrade rasgo folclórico a icono feminista
- Miguez Santa Cruz, Antonio
- Ana Maria Melendo Ruiz Director/a
- Enrique Soria Mesa Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Córdoba (ESP)
Fecha de defensa: 22 de julio de 2016
- Juan Francisco Jiménez Alcázar Presidente
- Pedro Poyato Sánchez Secretario/a
- Vicente David Almazán Tomás Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Con el estreno de “The Ring” (Hideo Nakata, 1998) el cine japonés de fantasmas comenzó a popularizarse a nivel global, en una cadencia de películas deudoras que se prolongó hasta la segunda mitad de la década siguiente. La llamada J- Horror wave alcanzó un éxito sin precedentes por varias razones, aunque quizá la más destacada respondiese a las novedades aportadas en los usos del terror, con la importancia concedida al cabello como elemento perturbador, o la sugerente atmósfera que impregnaba aquellas cintas. Sin embargo, lejos de ser una moda coyuntural, ese fenómeno hundía sus raíces en el mundo de las mentalidades japonés, y según nuestro juicio presentaba algunos puntos de interés que merecían ser resueltos. El más importante. ¿Por qué los fantasmas japoneses son mujeres en su enorme mayoría? Así, nuestro empeño primordial consistirá en dilucidar, entre otros temas, las razones de la obvia feminización del espectro japonés. Con ese objetivo estudiaremos algunas de las obras de literatura fantástica referenciales del país, especialmente en el caso "Genji Monogatari" de Murasaki Shikibu. En esa novela hallaremos la clave que estamos buscando con el personaje Rokujō no Miyasudokoro, una noble de la corte de Heian cuyo espíritu se desdoblaba del cuerpo para atacar a las amantes de su querido pero desconsiderado Genji. Dicha tipología creó un referente que se asentaría de pleno durante las dictaduras militares, en lo que es una clave fundamental para entender por qué los yūrei responden a esas características tan marcadas. A partir de aquí haremos un repaso por la figura fantasmal sumergiéndonos en las Artes escénicas o la Literatura, hasta llegar a los films estrenados durante la segunda mitad del s. XX, ya decisivamente influenciados por diversos fenómenos sociales surgidos a raíz de la derrota en la II Guerra Mundial. En conclusión, la coyuntura de desventaja que la mujer ha padecido en una sociedad tan militarizada como fue la japonesa es más que evidente. Ese menoscabo social terminó por repercutir en la forma que los japoneses imaginaron sus espectros, tal vez en una muestra inconsciente de miedo o remordiendo entre otras emociones de reacción, ya fuere consciente o no. La cuestión relevante en nuestro estudio es que, dependiendo de la situación histórica vivida en Japón, los fantasmas podían llegar a ser mujeres en su enorme mayoría, además de adoptar un comportamiento más o menos vengativo en función de su conciencia de grupo. El fenómeno alcanza el colmo del paroxismo con Sadako y todo el J-horror de aquella época, en el cual decenas de espectros buscaban compensar tras su muerte los horrores que, por el simple hecho de ser mujeres, habían sufrido en vida.