Validación de la versión española de la "escala de afrontamiento de la muerte" y del "perfil revisado de actitudes hacia la muerte"Estudio comparativo y transcultural. Puesta en marcha de un programa de intervención
- SCHMIDT RIO-VALLE, JACQUELINE
- Francisco Cruz Quintana Codirector/a
- José María Roa Venegas Codirector/a
- Carmen Villaverde Gutiérrez Codirector/a
Universidad de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 18 de julio de 2007
- Carlos Mendoza Oltras Presidente/a
- María Isabel Peralta Ramírez Secretario/a
- Jesus Ramirez Rodriguez Vocal
- María Nieves Pérez Marfil Vocal
- Bartolomé Llor Esteban Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Validación de la versión española de la Escala de Bugen de Afrontamiento de la Muerte y del Perfil Revisado de Actitudes hacia la Muerte: Estudio comparativo y transcultural. Puesta en marcha de un programa de intervención. En la presente tesis se pretende validar dos instrumentos que permitan determinar las actitudes ante la muerte y el afrontamiento ante la misma entre estudiantes universitarios españoles y cubanos.. Se han validado ambos instrumentos EBAM (Escala de Bugen de Afrontamiento de la Muerte) y PRAM (Perfil revisado de Actitudes ante la Muerte) en una muestra de 916 estudiantes universitarios (580 españoles y 336 cubanos). Ambos instrumentos son muy fiables (Alfa de Cronbach 0,83 EBAM y 0,86 PRAM) y tienen una elevada consistencia interna, de modo que pueden ser utilizados en la comunidad hispanohablante. Afrontar una situación en la que el horizonte sea nuestra propia desaparición requiere de un proceso de acercamiento por medio de las emociones, de los afectos y sentimientos que despierta y promueve en cada cual, pues se trata de un hecho que se sitúa en el ámbito de las experiencias y de las vivencias vitales. El proceso de fin de vida es algo individual y particular, y el modo de afrontarlo dependerá de las circunstancias biográficas, culturales, perceptivas y sociales de cada persona cuando la muerte se presente, y dependerá, asimismo, de cómo ocurra. Aunque la muerte es de hecho, algo que nos sucederá a todos, el proceso de morir y el duelo será diferente en función de las actitudes que cada individuo tenga ante la muerte. Las actitudes ante la muerte, el proceso de morir y el duelo van a estar estrechamente relacionadas con un proceso de socialización en el marco de una determinada cultura. Podríamos decir que la muerte además de ser un hecho individual es un hecho social que va indisolublemente ligado y condicionado por la sociedad en la que se vive. Hemos encontrado que los estudiantes españoles tienen menos miedo a la muerte (el miedo bloquea y no deja actuar) que los cubanos, a pesar de ello son menos competentes a la hora de afrontar la muerte. Esto tiene sobretodo importancia cuando hablamos de los estudiantes de Ciencias de la Salud (enfermeros, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales) porque nos encontramos con sujetos que durante su formación asistencial y profesionalmente tienen que trabajar con personas que van a morir. Esto supone que previamente deben conocer y saber como trabajar con las emociones, los afectos y sentimientos que ponen en juego los pacientes, familiares y el propio equipo en esta fase de la vida. Es importante que los profesionales actúen de modo que aumente la calidad asistencial (también en esta fase final). Diseñamos un programa de formación dirigido a 74 alumnos de la escuela de Ciencias de la salud, hemos podido comprobar el aumento de la competencia entre los participantes. A pesar del auge de las Unidades de Cuidados Paliativos, no todos los pacientes en procesos de fin de vida tienen acceso a ellas. Frecuentemente en las unidades la mayoría de los ingresados son pacientes oncológicos, raramente encontramos individuos con otras enfermedades; sin embargo, existen otras enfermedades terminales como la Esclerosis Lateral Amiotrófica, la Esclerosis Múltiple, el SIDA... de cualquier modo, en cualquier unidad hospitalaria y en los domicilios mueren personas a diario sin que en muchas ocasiones los profesionales de la salud sepan y puedan ayudar a los afectados y sus cuidadores / familiares. La EBAM permitiría seleccionar al personal más competente para trabajar con pacientes terminales. También es un instrumento útil para valorar los programas de formación tanatológicos. Por su parte, el PRAM es un instrumento que nos permite conocer las actitudes hacia la muerte, su conocimiento permite establecer estrategias de actuación dirigidas a evitar el burnout entre los profesionales y a mejorar los procesos de fin de vida de los pacientes. Por último, aportamos un extenso programa de formación que aumenta de forma significativa la competencia profesional.