Certificación participativa de productos ecológicos como sistema alternativo al de tercera parte

  1. Coiduras Sánchez, Paloma
Zuzendaria:
  1. José Ramón Díaz Álvarez Zuzendaria
  2. José Luis Porcuna Coto Zuzendarikidea

Defentsa unibertsitatea: Universidad de Almería

Fecha de defensa: 2010(e)ko apirila-(a)k 19

Epaimahaia:
  1. Antonio Agustin Bello Pérez Presidentea
  2. José Miguel Guzmán Palomino Idazkaria
  3. José Emilio Suadi Hasbun Kidea
  4. Reyes Blanco Prieto Kidea
  5. José María Egea Fernández Kidea

Mota: Tesia

Teseo: 304366 DIALNET

Laburpena

Se estudia el modelo de certificación de productos ecológicos de tipo participativo, surgido como alternativa al modelo convencional de tercera parte, justificado en los problemas que origina a diversos componentes del sector ecológico, principalmente a los pequeños agricultores y a los consumidores. Se analiza su estado de reconocimiento oficial en todo el mundo y las experiencias que funcionan, con objeto de averiguar la viabilidad de este sistema de certificación en los mercados, tanto en los nacionales, donde actualmente tiene mayor reconocimiento, principalmente en Iberoamérica, como en los mercados de exportación, donde es difícil su reconocimiento puesto que los organismos internacionales han instaurado el sistema de tercera parte, a través de la norma ISO 65, como único válido para las transacciones. La investigación se realiza en el marco científico de la agroecología, para lo que se profundiza en la diferenciación de este concepto con el de agricultura ecológica. Los aspectos económicos se valoran en el entorno económico de la nueva economía neoinstitucional, cuyas teorías económicas también son alternativas a las dominantes, y por concurrir en diversas bases con la agroecología. Se analiza el objetivo de la certificación de los productos ecológicos en relación a sus efectos en la sustentabilidad, para lo que investigan las ventajas y desventajas de ambos modelos en función de su coherencia agroecológica, con un último objetivo de que la agricultura ecológica constituya un bien social, de manera que pueda vincularse directamente al logro de la soberanía alimentaria. El análisis de la certificación se centra en Iberoamérica, estudiando especialmente su contexto socioeconómico, el estado de desarrollo de la agricultura ecológica y de la agroecología, la situación de los mercados, y las metodologías de certificación aplicadas. Los resultados muestran que la certificación participativa es un sistema perfectamente capaz de garantizar la calidad ecológica, cuyo sistema participativo de evaluación de conformidad redunda en mayor valor e índice de garantía de calidad ecológica, y su metodología mejora las expectativas de producción y consumo de productos ecológicos de forma coherente con la agroecología, es decir equitativamente, promoviendo un bien social que mejora la soberanía alimentaria. Tal coherencia se manifiesta fundamentalmente en que promueve la accesibilidad de los productos ecológicos a todo tipo de consumidores, en que favorece la agricultura familiar de pequeña escala y diversificada y en que facilita el acceso a la comercialización de las producciones de los pequeños agricultores. Se proponen acciones para el reconocimiento de la utilidad de la certificación participativa en todo tipo de mercados. Se proponen medidas de revisión de la certificación de tercera parte que corrijan ciertos vicios adquiridos respecto a su definición original, según los cuales, aunque su coste fuera mucho menor y resultara accesible para los pequeños productores, continuaría adoleciendo de falta de sustentabilidad por falta de certificación de atributos sociales, y de otros necesarios para asegurar el cambio que necesita la agricultura convencional para ser sustentable. Se concluye que el sistema es equivalente al de tercera parte, que incrementa el valor añadido del producto por garantizar más número de atributos sociales y medioambientales, y que es coherente con el funcionamiento del sector agroecológico, por lo que sería necesario que las instituciones salvaran las dificultades existentes para su implantación y regulación, de manera que la certificación participativa pudiera servir como método de ayudar a evitar el cambio climático y lograr la soberanía alimentaria.