Relação entre o estado de saúde e a ansiedade de separação em crianças em idade escolar

Resumen

Varios estudios han demostrado que las perturbaciones de ansiedad son las perturbaciones psiquiátricas más comunes en los niños. Estos niños tienen la mayor probabilidad de en un futuro temprano desarrollar nuevas perturbaciones de ansiedad, depresión e internamientos a causa de patologías psiquiátricas. La relación de perturbación de ansiedad de separación con el estado de salud se justifica en el sentido en que este tipo de perturbaciones en los niños normalmente genera síntomas físicos, así como, dolores de barriga, dolores de cabeza, además de otros, pudiendo interferir con claridad en el bienestar y en la forma como estos perciben su estado de salud. Uno de los objetivos centrales de este estudio es validar una escala de evaluación de perturbación de la ansiedad de separación. No existen instrumentos de evaluación en este ámbito en Portugal. Esta amuestra es constituida por 874 niños, en que 422 de ellos son del sexo femenino (48.3%) y 452 del sexo masculino (51,7%), con edades comprendidas entre los 8 y los 11 años (media = 9.50, DP = 1.15), frecuentando el tercero, cuarto, quinto y sexto cursos de escolaridad en establecimientos de enseñanza particular y cooperativa, localizados en distintas zonas de Portugal. La versión portuguesa del Ciestionarios de Ansiedad Infantil, Forma Niños (CASI-N, Espada, Méndez, Orgilés & Hidalgo, 2008), es constituida por el mismo numero de ítems que en la versión española y está dividido también en tres factores. El análisis estadístico efectuado muestra buenas cualidades tanto a nivel general como en relación a los factores. La fidelidad de la versión portuguesa presenta un alfa global de 0.81. En relación a los tres factores, Malestar debido a la separación, Preocupación de que pase algo de negativo, Confianza en el momento de la separación, los valores de alfa presentados son los siguientes, 0.82, 0.72 y 0.55 respectivamente. Los resultados de esta evaluación de la perturbación de la ansiedad para la populación infantil con edades comprendidas entre los 8 y los 11 años muestran una prevalencia de 10.9%. Se puede concluir también que los niños presentan más síntomas cognitivos que psicofisiológicos o motores. Se pudo verificar que los niños del sexo femenino presentan más síntomas que los chicos y que esta perturbación tiene mayor incidencia a los 9, 10 años y disminuye a partir de los 11 años. Este estudio también pretende esclarecer sobre la posible existencia de una relación entre el estado de salud de los niños con edades comprendidas entre los 8 y los 11 años y el hecho de presentaren síntomas de perturbación de la ansiedad de separación. Con este objetivo, se utilizaron cuatro escalas, Screen for Child Anxiety Related Emotional Disorders (SCARED, Birmaher et al., 1997, 1999); Cuestionario de Ansiedad Infantil, Forma Niños (CASI-N, Espada, Méndez, Orgilés & Hidalgo, 2008); State-Trait anxiety inventory for children (STAIC, Spielberg,1973) e Perfil de Saúde Infantil (CHIP-CE, Riley, Forrest, Rebok, Starfield, Green, Robertson, Friello, 2004). Esta amuestra es constituida por 231 niños, en que 107 son del sexo femenino (46.3%) y 124 del sexo maculino (53.7%), con edades comprendidas entre los 8 y los 11 años (media = 9,74, DP = 1.7). Estos niños frecuentan del segundo al sexto curso de escolaridad de una escuela de enseñanza particular y cooperativo del distrito de Funchal. Los resultados indican que existe efectivamente una conexión entre ambos. Se consigue percibir que cuanto más grande es el nivel de ansiedad desarrollado en los niños, peor es la evaluación de su estado de salud. Esta investigación deja, además, algunas contribuciones a tener en cuenta en la intervención con los niños de este grado etario. Así como en otros estudios, se percibe que hace falta estar atento al acompañamiento de las chicas que demuestran mayor probabilidad de desarrollar perturbación de ansiedad de separación. Además de eso, es importante que los profesionales de salud que se ocupan diariamente con los niños intenten realizar el despiste y perciban sí los síntomas físicos que los niños presentan vienen de algún problema orgánico o si simplemente es psicosomático.