Vulnerabilidad y daño psíquico en mujeres víctimas de violencia en el medio familiar

  1. Molina Rodríguez, Antonio
Dirigida por:
  1. María Castellano Arroyo Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 09 de febrero de 2016

Tribunal:
  1. Enrique Villanueva Cañadas Presidente/a
  2. Aurora Valenzuela Garach Secretario/a
  3. Eduardo Javier Osuna Carrillo-Albornoz Vocal
  4. Joaquín Gamero Lucas Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La violencia doméstica y las consecuencias para la salud de las mujeres que la experimentan hace de este fenómeno un serio problema de salud pública a nivel mundial (Ellsberg, Jansen, Heise, Watts y García-Moreno, 2008). Es un problema que lejos de disminuir se mantiene y, aunque ya en España no se oculta una muerte, se trata de un problema que afecta a la salud de las personas, a la salud pública y a la convivencia familiar y, por lo tanto, también a la sociedad que ve cómo se está expresando ya en estadíos evolutivos y educativos donde hace mucho daño. En la elección del tema hemos tenido en cuenta su importancia y la frecuencia con la que se repite, su actualidad social y el trabajo que queda por hacer para que este tipo de violencia desaparezca. Desde el punto de vista jurídico, la violencia, tanto física como psicológica, hacia las mujeres en el medio familiar está recibiendo un tratamiento penal distinto aunque produzcan lesiones similares a las demás. Esta violencia es también reflejo de una situación difícil de detectar porque está oculta, tolerada y normalizada en determinados ambientes. Con las reformas jurídicas en relación a la Violencia Familiar, ha aumentado el número de denuncias por violencia doméstica en los Juzgados de Instrucción y en los Juzgados de Violencia Contra la Mujer. Ante este nuevo panorama, la valoración médico-forense se convirtió en una herramienta necesaria para las decisiones judiciales. Por ello, la valoración médico-forense del daño y de las secuelas de la víctima es necesaria tanto para calificación jurídica de los hechos y la gravedad del delito, como para la posterior intervención y recuperación de la víctima. Esta valoración médico-forense debe ser integral y completa, tanto de la víctima, como del agresor y los hijos (cuando los haya) (Castellano Arroyo, Lachica López, Molina Rodríguez y Villanueva de la Torre, 2004; Williams, 2012). Entre los autores se reconoce que las diferentes respuestas al estrés están relacionadas con distintas patologías derivadas del ineficaz manejo de las situaciones negativas y están condicionadas tanto a características de la situación como a características de la persona (Elian, 2005; McEwen y Wingfield, 2010). Es por ello que en los últimos años ha ido en aumento el interés por el estudio de estos factores y, en especial, el interés por conocer qué diferencia a unas personas de otras a la hora de afrontar con éxito una amenaza. A pesar de los avances producidos al respecto, todavía existen muchas preguntas sin respuesta concluyente y no se conoce con claridad qué características relacionadas con el maltrato funcionan como variables de vulnerabilidad o, por el contrario, de protección para la salud. Un ejemplo de estos esfuerzos lo encontramos en los trabajos realizados desde la Teoría del Coping, los cuales no han llegado aún a unas conclusiones consensuadas sobre las diferencias individuales en el afrontamiento a situaciones demandantes o estresante (Skinner, Edge, Altman y Sherwood, 2003). Con esta tesis queremos estudiar qué características de la víctima y de la situación de maltrato se asocian a un mayor daño psicofísico. Para ello, estudiamos la asociación entre los rasgos y perfiles de personalidad, la edad, el tipo de relación con el agresor, la habitualidad y el tipo de las agresiones, y la respuesta emocional, entendida como daño psíquico, de la mujer víctima de malos tratos. Los resultados nos permitirán conocer qué diferencia a las mujeres más vulnerables de las de mayor fortaleza psicológica. En el primer capítulo se describen y delimitan los conceptos de violencia de género y personalidad. También hacemos un recorrido por los tipos de violencia y las consecuencias para la salud de las víctimas. A continuación, abordamos los estilos de afrontamiento ante situaciones violentas o traumáticas, los conceptos de vulnerabilidad y resilencia y, por último, los aspectos legislativos y jurídico-forenses de la violencia de género. En el capítulo 2, exponemos la justificación del tema de estudio y describimos las hipótesis y los objetivos que dirigen el trabajo. En el capítulo 3, describimos la muestra y el procedimiento. El tratamiento estadístico nos permitió agrupar los rasgos o factores de personalidad de la víctima en dos grupos de mujeres: las emocionalmente estables (MEE) y las emocionalmente inestables (MEI). A esta variable la llamamos “factores asociados”. En el capítulo 4 presentamos los resultados y en el capítulo 5 los discutimos. En primer lugar, exponemos los resultados descriptivos de nuestras variables. Seguidamente mostramos los resultados del estudio bivariante en el que estudiamos la asociación de la personalidad (estudiada como rasgos individuales y como “factores asociados”), la edad, la relación con el agresor y las características del maltrato con el daño psíquico medido a través de los instrumentos de evaluación estandarizados de la respuesta emocional y de la salud general. En este estudio se observó que la estabilidad emocional fue la variable que más se asoció con respuestas emocionales menos patológicas, teniendo los resultados una significación estadística más fuerte e intensa cuando la estabilidad emocional se estudió como “factores asociados”. Finalmente, presentamos los resultados del análisis multivariante en el que estudiamos el efecto neto de las variables de personalidad recogidas en el 16PF, en sus dos modelos, junto con el resto de variables de la víctima y la situación de maltrato sobre la salud general, la adaptación socio-laboral, y los síntomas de ansiedad y depresión de las víctimas. Los resultados indicaron que la estabilidad emocional y la autoestima como factor se asociaron a menos síntomas de ansiedad, depresión y con mejor salud general. La edad y el tipo de maltrato y relación también se asociaron con el daño psicológico. Por último, en el capítulo 6 se presenta una discusión general de todos los resultados encontrados en los diferentes estudios realizados, así como sus implicaciones, limitaciones y perspectivas futuras de investigación. En base a los resultados obtenidos en esta tesis, se desprenden las siguientes conclusiones: Primera. La edad representativa de las mujeres maltratadas que han participado en este estudio oscila entre los 31 y los 40 años. La edad es una variable que podemos considerar de vulnerabilidad para el daño psicológico de estas mujeres. Segunda. La “relación estable” es el contexto más frecuente en el que se produce la violencia de género, sin embargo, la “relación transitoria” fue en la que el daño psíquico se hizo más evidente y se explicó mejor. Tercera. El tipo de “violencia compleja” fue el que se produjo con mayor frecuencia y el que mostró ser un factor determinante en la aparición del daño psíquico. Cuarta. El grupo de mujeres emocionalmente inestable demostró ser el más vulnerable psicológicamente, con una media de puntuaciones en los indicadores de daño psíquico superior al grupo de mujeres emocionalmente estables, con una diferencia estadísticamente significativa. Esta diferencia se constituye en un factor de riesgo para que el daño psíquico sea mayor y más grave. Quinta. La estabilidad emocional y la autoestima fueron las características de personalidad que diferenciaron mejor a ambos grupos y jugaron un papel más determinante en la vulnerabilidad de las mujeres. Sexta. Niveles altos de estabilidad emocional y autoestima serían, según nuestros resultados, indicadores de fortaleza psicológica y, por tanto, de menor vulnerabilidad, de forma que favorecerían un menor daño psicológico como respuesta a la experiencia traumática de la violencia en el medio familiar. Los resultados de nuestro estudio han sido publicados en revistas científicas de reconocido prestigio. También han sido presentados en congresos nacionales e internacionales de Medicina Legal y Forense. Referencias Castellano Arroyo, M., Lachica López, E., Molina Rodríguez, A. y Villanueva de la Torre, H (2004). Violencia contra la mujer. El perfil del agresor: criterios de valoración del riesgo. Cuadernos de Medicina Forense, 35, 15-28. Ellsberg, M., Jansen, H.A.F. M., Heise, L., Watts, C.H. y García-Moreno, C. (2008). Intimate partner violence and women’s physical and mental health in the WHO multi-country study on women’s health and domestic violence: An observational study. Lancet, 371(9619), 1165-1172. Eilam, D. (2005). Die hard: A blend of freezing and fleeing as a dynamic defense implications for the control of defensive behavior. Neuroscience and Biobehavioral Reviews, 29(8), 1181-1191. doi:http://dx.doi.org/10.1016/j.neubiorev.2005.03.027 McEwen, B.S. y Wingfield, J.C. (2010). What’s in a name? Integrating homeostasis, allostasis and stress. Hormones and Behavior, 43, 105-111. Skinner E.A., Edge K., Altman J. y Sherwood H. (2003). Searching for the structure of coping: A review and critique of category systems for classifying ways of coping. Psychological Bulletin, 129(2), 216-269. Williams, K.R. (2012). Family Violence Risk Assessment: A Predictive Cross-Validation Study oof the Domestic Violence Screening Instrument-Revised (DVSI-R). Law and Human Behavior, 36(2), 120-129. doi:http://dx.doi.org/10.1037/h0093977