Morfología del cambio urbano en Hispaniala adaptación de los espacios públicos romanos a la nueva realidad tardoantigua

  1. DIARTE BLASCO, PILAR
Dirigida por:
  1. Manuel Antonio Martín Bueno Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Zaragoza

Fecha de defensa: 11 de marzo de 2011

Tribunal:
  1. Josep Maria Gurt Esparraguera Presidente/a
  2. María Ángeles Magallón Botaya Secretario/a
  3. María Victoria Escribano Paño Vocal
  4. Gisella Cantino Wataghin Vocal
  5. Sebastián F. Ramallo Asensio Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 306031 DIALNET

Resumen

El devenir de los espacios públicos romanos desde el siglo III al VI d. C. va a marcar el desarrollo posterior de las ciudades de Hispania. Las áreas de representación pública que definían la ciudad imperial pierden su razón de ser durante la Tardoantigüedad, quedando inactivas indefinidamente hasta que se amorticen con una nueva funcionalidad. De este modo, el análisis de la topografía urbana a través de la evolución de estos espacios permite una visión global del centro urbano y, si permanece, del origen de la futura ciudad medieval. Como decimos, la pérdida progresiva de la utilidad de los edificios y complejos públicos de las ciudades romanas y su posterior reutilización -ya con otra funcionalidad- es una de las características esenciales de las transformaciones que los núcleos urbanos vivieron durante el periodo tardoantiguo. En Hispania, como en gran parte del arco mediterráneo, muchos de estos procesos comienzan prácticamente cuando los núcleos urbanos están en pleno apogeo altoimperial, caracterizándose en muchos casos por ser fenómenos de larga duración. Con el fin de la ciudad clásica, los centros urbanos tuvieron que enfrentarse a una nueva valoración del espacio y, como consecuencia, a la creación de una nueva concepción urbana. Una ciudad diferente a la clásica, pero también a la que será su sucesora, la ciudad medieval. Un núcleo urbano con sus características propias que emerge entre dos mundos bien definidos y enfrentados. De hecho, las marcadas diferencias que existen entre la ciudad clásica y la ciudad medieval nos llevan a preguntarnos qué ha ocurrido para que haya tenido lugar una transformación de semejante magnitud, qué mutaciones han tenido lugar en el tejido social y urbano para que en el mismo espacio encontremos un núcleo urbano totalmente diferente, con otros rasgos y especificidades. En estas transformaciones no debemos descuidar el hecho de que en la mayor parte de los casos, las ciudades se mantendrán instaladas en el suelo urbano original y que, por tanto, existe una pervivencia espacial que es por sí misma significativa. Como ya señalara P. Lavedan con la llamada "ley de persistencia del plano", la continuidad de lo esencial en las líneas urbanas, que conserva los rasgos principales de forma y de la naturaleza del espacio ocupado, es un factor que conecta de un modo indisoluble la implantación original con la actual. De este modo, el núcleo urbano clásico -salvo excepciones o ciudades afectadas por desastres naturales-, no comienza un proceso de decadencia que lo lleva hasta su desaparición, sino que pasa por diferentes coyunturas y procesos hasta transformarse en la realidad urbana medieval, permaneciendo oculto -a veces, no tanto- en la nueva ciudad. Determinar de qué modo las mutaciones que tendrán lugar en el tejido urbano clásico cristalizarán en la ciudad tardoantigua y como consecuencia última en la ciudad medieval es uno de los objetivos básicos de este trabajo, que partiendo del análisis pormenorizado de los espacios públicos de cuarenta y cinco núcleos urbanos concreta como se forma y se consolida la ciudad tardoantigua en Hispania.