Igf-i como factor predictivo del desarrollo de retinopatía de la prematuridad (ROP)

  1. YAGO UGARTE, INES
Dirigida por:
  1. José María Ruiz Moreno Director/a
  2. José María Marín Sánchez Codirector

Universidad de defensa: Universidad de Castilla-La Mancha

Fecha de defensa: 30 de julio de 2012

Tribunal:
  1. María Paz Villegas Pérez Presidenta
  2. Carlos Cava Valenciano Secretario/a
  3. Elena Rodríguez González-Herrero Vocal
  4. Francisco López Martínez Vocal
  5. Felix Armada Maresca Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 447995 DIALNET

Resumen

La retinopatía de la prematuridad (ROP) es una vitreorretinopatía fibro-vasoproliferativa periférica que acontece en recién nacidos inmaduros, generalmente sometidos a oxigenoterapia y de etiopatogenia actualmente desconocida. La proliferación puede ser epirretiniana o intravítrea. Comienza en el extremo periférico de la retina madura y en su evolución puede producir tracción sobre la misma, con desplazamiento (ectopia) de sus estructuras, pudiendo evolucionar a desprendimiento de retina entre otras complicaciones. Hoy sabemos que el control de la oxigenoterapia en el periodo neonatal precoz ejerce un papel fundamental en la etiopatogenia de la ROP, lo que ha permitido reducir la incidencia de la enfermedad en los niños pretérmino más maduros. Sin embargo, los recientes avances en la neonatología han reducido drásticamente la mortalidad neonatal de grandes prematuros, por lo que la prevalencia de la ROP ha permanecido invariable en las últimas décadas. El diagnóstico de la ROP, sólo puede hacerse con un examen detallado del fondo de ojo. Para ello es necesario que exista un protocolo de screening o cribado para ROP, cuyo objetivo es identificar a los niños prematuros que desarrollan Retinopatía UMBRAL o PREUMBRAL y requieren tratamiento. Tales programas de cribado varían ligeramente según los diferentes países. En la actualidad, en nuestro país, las guías más aceptadas proponen examinar, entre la cuarta y sexta semana de edad corregida, a todos aquellos recién nacido pretérmino de ≤ 1.500 g de peso al nacer y ≤ 32 semanas de edad gestacional. La periodicidad de las posteriores exploraciones se establecerá según la progresión de cada paciente, de acuerdo a criterios establecidos en las guías clínicas. Tan sólo un 10% de los pacientes explorados precisará algún tipo de tratamiento para el control de su retinopatía y, para detectarlos, se hacen estresantes y reiterativas exploraciones a todos los niños pretérmino. El IGF-1 es necesario para la vascularización normal de la retina en humanos, y para el crecimiento corporal durante el período neonatal. La determinación sérica de IGF-1 en laboratorio está estandarizada, es rápida y sensible. Algunos autores han propuesto que, la determinación de los niveles séricos de esta citoquina en el peródo postnatal, podrían predecir el riesgo de desarrollo de ROP tratable y, por tanto, permitiría excluir del cribado a aquellos niños que nunca desarrollarán formas severas de la enfermedad. En la tesis que se presenta la hipótesis de partida es determinar si los niveles de IGF-I procedente del cordón umbilical permitiría diferenciar a aquellos pretérmino que desarrollarán ROP severo de aquellos que no desarrollarán la enfermedad. Tras el análisis de los datos obtenidos en una población de estudio de 125 recién nacido pretérmino, se determino que existía una clara correlación entre los niveles de IGF-I de cordón umbilical y el posterior desarrollo de ROP. Los niños que desarrollaron ROP presentaron niveles significativamente más bajos de IGF-I que aquellos que no desarrollaron ningún grado de ROP. Sin embargo, no fue posible establecer un nivel sérico de tal citoquina que permitiera discriminar entre pacientes sanos y enfermos.