Dieta y envejecimientoinfluencia en los hábitos alimentarios en la calidad de vida y en el estatus antioxidante de adultos mayores españoles no institucionalizados de más de 75 años

  1. HERNÁNDEZ GALIOT, ANA
Dirigida por:
  1. Isabel Goñi Cambrodón Director/a

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 22 de junio de 2017

Tribunal:
  1. Ángeles Carbajal Azcona Presidente/a
  2. Ana María López Sobaler Secretario/a
  3. Jara Pérez Jiménez Vocal
  4. María Jesús Periago Gastón Vocal
  5. Laura Mª Bermejo López Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El nuevo reto es vivir más años con buena calidad de vida. La dieta consumida habitualmente condiciona el estado nutricional y puede incidir en el estatus antioxidante del individuo, afectando especialmente a su calidad de vida. El objetivo de este trabajo es el estudio de la repercusión de los hábitos alimentarios, valor nutricional de la dieta y en especial de la ingesta de antioxidantes sobre la funcionalidad, calidad de vida y estado de salud de los ancianos más mayores. La edad media de los sujetos fue de 81,3. El Índice de Masa Corporal medio, IMC, fue 27,5. El 77,5 por ciento de los participantes presentaban un óptimo estado nutricional. La dieta habitual consumida seguía estrictamente el patrón de dieta Mediterránea y mostró un índice de alimentación saludable elevado, 75,9. La población estudiada consumía aceite de oliva como principal fuente de grasa, elevado consumo de pescado y fruta, y bajo consumo de carne roja y de alimentos con azúcares añadidos. La ingesta media de energía solo cubría el 77,9 por ciento de la ingesta recomendada. Se observó un exceso en el consumo de proteínas, deficiencia de hidratos de carbono y de fibra, y una ingesta adecuada de lípidos. Se detectó riesgo de déficit de cinc, yodo, fluor, ácido pantoténico, vitamina D, vitamina E, calcio y ácido fólico. La población consumía una dieta muy variada con adecuado número de raciones de fruta, pescado, carne, legumbres, productos lácteos, agua y huevos. La mayor parte de la población presentó una adecuada ingesta de nutrientes específicos relacionados con el estrés oxidativo. Sólo se obtuvo un ligero déficit en la ingesta de vitamina A en el caso de los hombres y de vitamina E en ambos sexos. La ingesta de vitamina C, vitamina E y selenio excedió a las recomendaciones. Los minerales involucrados en los mecanismos antioxidantes fueron ingeridos en cantidades suficientes excepto para el zinc cuyas cifras fueron inferiores a los valores de referencia. La ingesta media de compuestos polifenólicos antioxidantes fue de 2079 mg, de los cuales, el 31,3 por ciento fueron compuestos de bajo peso molecular y el 69 por ciento restante correspondió a macromoléculas de polifenoles, siendo las legumbres el grupo de alimentos responsable del 98 por ciento de la ingesta de proantocianidinas. Estos resultados son inéditos en la población anciana. La valoración geriátrica integral mostró una situación aceptable en comparación con otros estudios con características similares. La mayoría de la población mostró autonomía funcional, estado cognitivo y afectivo óptimos, presentaba una situación social aceptable, practicaba actividad física moderada y tenía una calidad de vida óptima. Los participantes desnutridos o con riesgo de desnutrición presentaron menor calidad de vida, menor funcionalidad y mayor número de patologías. Con la edad aumentó el número de individuos con problemas cognitivos, pérdida de funcionalidad, pérdida de calidad de vida y menor adherencia al patrón de dieta Mediterránea. Mayor puntuación del IAS se asoció con mayor IMC y mayor adherencia al patrón de dieta mediterránea. Mayor diversidad dietética se asoció con menor edad, mayor actividad física y menor riesgo social. Menor riesgo de malnutrición se relacionó positivamente con la cantidad de algunos nutrientes antioxidantes, selenio, vitamina E y vitamina C, y no nutrientes antioxidantes, MPH aceites vegetales y MPH frutas. Mejor calidad de vida se relacionó inversamente con la cantidad de nutrientes antioxidantes totales. Fueron destacables las correlaciones encontradas entre no nutrientes antioxidantes y nutrientes antioxidantes totales con el IAS y la diversidad alimentaria. Menor cantidad de no nutrientes antioxidantes procedentes de los frutos secos y mayor consumo de alimentos ricos en selenio se relacionó de forma significativa con mayor edad y mejor funcionalidad. Se detectaron pequeños desajustes nutricionales de fácil corrección realizando pequeños cambios en su patrón dietético.